May 09, 2015 Dani Arrébola Críticas 0
Por Dani Arrébola
Cercana, cruda y personal ópera prima de Daniel Guzmán
Lejos de contemplarla como una práctica puntual y experimental, nos estamos acostumbrando en los últimos años a ver cómo un buen puñado de actores -dentro y fuera de nuestras fronteras- saltan del estrellato que les concede situarse delante de la cámara, al potencial prestigio que pueden adquirir detrás de la misma. No es algo nuevo en la historia de este séptimo arte (en este cajón incluimos nombres inolvidables como Charles Chaplin, Clint Eastwood o Warren Beatty) pero sí que tal cambio de roles empieza a poseer cierto carácter recurrente si atendemos a la retahíla de nombres que están practicando este brinco en la cámara: Angelina Jolie, Natalie Portman, Ryan Gosling, Raúl Arévalo, Leticia Dolera y, el que ahora estrena, Daniel Guzmán. El carismático rostro madrileño en ficciones televisivas como Rafa en Policías: en el Corazón de la calle, o Roberto en Aquí no hay quién viva, ha sido el último en sumarse a esta lista de mutantes y, por el momento con las primeras deliberaciones salidas del horno del Festival de Málaga, en su ópera prima, que lleva por título A cambio de nada, parece que se pueden encontrar palpables virtudes de un prometedor talento.
Con guión del propio Guzmán, la historia se ambienta en un humilde barrio madrileño donde vive (o más bien sobrevive) Darío (Miguel Herrán) un jovenzuelo de dieciséis años que intenta como puede, mediante la ayuda de su inseparable amigo Luismi (Antonio Bachiller), afrontar la separación de sus padres (María Miguel y Luis Tosar). Cuando la situación ya es insoportable, Darío huye de casa para ganarse la vida por su cuenta y en ese nuevo camino empieza a trabajar en el taller de Caralimpia (Felipe García Vélez), un desgraciado cincuentón con un expediente delictivo considerable. En su aventura solitaria, Darío también conocerá a Antonia (Antonia Guzmán), una anciana solitaria que, con la ayuda de su motocarro, vende chatarra y productos de segunda mano, a la vez que al joven le hará ver la vida con nuevos ojos.
Y en ese camino de fango juvenil, de coordenadas manchadas por las sucias calles barriobajeras, en ese tránsito en el que el protagonista está fatalmente destinado a encontrar sus propias sumas y condenado a limar y purificar sus restas, Daniel Guzmán ofrece una cercana, cruda y personal historia constituyendo toda una ópera prima -hay que decirlo porque no siempre es así- con más aciertos que fallos. A cambio de nada te habla de la amistad, pero no de la amistad de un día lectivo o aquella proyectada entre apuntes e intereses, sino de esa amistad sustancial e inherente en las malas calles de la que uno se puede servir a altas horas de la madrugada. Y dentro de la misma, y sobre todo cuando la película teclea de forma más real que ficticia, también te avecina la bondad, el descubrimiento y la lucha por no sólo sobrevivir a las circunstancias sino por imponerse a las mismas.
Y en este conjunto cálido a la vez que deplorable, destacan el acertado y singular elenco artístico en el que encontramos rostros bien conocidos, a saber, los Luis Tosar, los Miguel Rellán y compañía, con otros que no nos suenan tanto como el del joven protagonista (Miguel Herrán), el de su particular Sancho Panza (un natural y contundente Antonio Bachiller) el del bien entallado e ibérico Felipe García Vélez y la apuesta más arriesgada y personal y, no por ello menos acertada: la propia abuela del director, Antonia Guzmán. Esta ultima un vasto e indispensable oxígeno que se cuela por la rejilla, siempre abierta a cada quien, del filme.
A cambio de nada es una más que decente obra debut y toda una constatación de un talento, el de Daniel Guzmán, que justo despierta en plena época de aprietos culturales, tanto industrial como creativa y que a su vez, supone un documento -más allá de sus reservas y trampillas que también las tiene- imprescindible para empatizar con todos aquellos corazones que laten ajustados al fin de mes. Guzmán se adjudica a la primera un pulgar hacia arriba y ofrece, con la misma llaneza que el que te ofrece una pastita y un té, una película recomendable y medicinal para todo tipo de espectador.
Ago 30, 2023 0
Jul 21, 2023 0
Mar 28, 2023 0
Mar 22, 2023 0
May 27, 2023 0
May 26, 2023 0
May 26, 2023 0
May 25, 2023 0
May 27, 2023 0
En las repescas de la Sección Oficial que el festival de...May 26, 2023 0
La dupla Loach-Laverty está de regreso con un film que...May 26, 2023 0
El festival de Cannes de 2023 presume de tener otra robusta...May 25, 2023 0
En la hermosamente minimalista “Perfect Days”, Wim...May 25, 2023 0
Los nuestros son tiempos de muchas ocurrencias y poco...