Mar 13, 2017 Dani Arrébola Mundo APTC 0
«Me da miedo ver que en 2017 seguimos luchando todavía por algo tan obvio como la libertad de las mujeres»
Charlamos con el director belga Guillaume Senez sobre la película 9 meses que dirige y llega en estrenos en España, y que trata sobre la problemática del aborto en una pareja de adolescentes:
En primer lugar, gracias por atendernos señor Senez,
– 9 Meses es su ópera prima, ¿Cuánto tiempo hace que persigue este proyecto?
– El rodaje duró 25 días, lo cual es muy corto, hemos tenido que reducir el número de días ya que no tuvimos suficientes fondos para alargar el rodaje. Pero todo el proceso de escritura, financiación, rodaje y post-producción me llevó seis años.
– ¿Cuál ha sido la mayor dificultad que ha tenido a la hora de filmar la película?
– La falta de fondos. Deberíamos haber tenido cinco días más para estar realmente en buenas condiciones de trabajar y ejecutar lo que queríamos hacer. Fue todo un reto para los actores, por supuesto, pero también para los técnicos. Con más fondos la película no habría sido mejor, pero sí que podría haberse hecho con una mayor comodidad.
-Observamos varios planos en los que vd. deja cierta libertad a la improvisación entre los dos protagonistas. ¿Era una idea que usted tenía clara desde el principio?
– Hay espontaneidad pero en realidad no es improvisación, ya que todo estaba escrito. Por contra los actores nunca recibieron los diálogos. En primer lugar, en efecto, los actores improvisaban y luego, poco a poco, yo estaba con ellos hasta que encontraban los diálogos oportunos sin que yo se los diera realmente. Eso es tal vez lo que le de a la película ese lado de espontaneidad.
– Imaginamos que la elección de los actores era vital para transmitir la historia ¿Kacey Mottet Klein y Galatéa Bellugi eran sus primeras opciones?
– Hemos tenido que ver alrededor de un centenar de niños y niñas de entre 14 y 16 años. Y fue, que más allá de su calidad artística, teníamos que ver que realmente se adaptasen a los personaje de Maxime y Mélanie. Rápidamente encontramos que era el caso de Kacey y Galatea. A Kacey Mottet Klein lo había visto en las películas de Ursula Meier, (de hecho fue ella la que me lo recomendó). No conocía a Galatea Bellugi pero su aparente fragilidad y timidez me ofrecían un contraste perfecto con Kacey, que por el contrario, es capaz de transmitir la garantía y el carisma que nace de una experiencia bastante azarosa. Ver la unión de ellos en pantalla me pareció muy acertado ya que era necesario que Maxime ejerciese esta influencia en Melanie. A menudo se dice que los opuestos se atraen, eso es exactamente lo que sucedió.
– La película trata sobre la opción del aborto para una pareja adolescente, uno de los temas más difíciles de legislar para cada país. ¿En su opinión por qué cuesta tanto que los países y la sociedad se pongan de acuerdo en este tema?
– No sé en España pero en Bélgica, el aborto está totalmente reembolsado por la mutua. Así en lo que es puramente económico, el coste no es problema. En lo meramente legislativo me siento en el hecho de que, lamentablemente, estamos asistiendo a un retorno en todas partes de las políticas conservadoras, que se reflejan sobre todo en un freno a la libertad de las mujeres y esto me da miedo. Asistí este 8 de marzo en Madrid a una manifestación por los derechos de la mujer y fue muy emocionante ver que hay en España un gran fervor para defender estos valores reales. Pero, por otro lado, me da miedo ver que en el año 2017 seguimos luchando constantemente todavía por algo tan obvio como la libertad de las mujeres.
– En la película también das un papel muy importante a los padres y a las decisiones que toman por sus hijos. En su opinión ¿cree que en la mayoría de conflictos entre adolescentes los padres son los verdaderos culpables?
– Sobre todo creo que la educación de los padres juega un papel trascendental en el tema del aborto. Pero aquí la idea es principalmente mostrar las cosas tal como existen, con toda su complejidad. Me parece mucho más relevante que el espectador se cuestione a sí mismo y piense en lo que habría hecho en tal o cual circunstancia. No me gusta cuando un director me coge de la mano y me dice lo que está bien o mal. Es cierto que mi intención es ofrecer un mensaje pero doy lugar a que cada espectador o refleje a su manera y la empatía puede llevarnos a esta reflexión. Por eso, por ejemplo, las madres de Maxime y Melanie tienen puntos de vista completamente opuestos de manera que cada espectador puede identificarse de acuerdo a su propia sensibilidad, su propia experiencia, su propia moralidad. .
– Para concluir, le queremos preguntar ¿Por qué el espectador de ha ir a ver “9 meses (Keeper)”?
– Porque la película no deja a nadie indiferente y creo que eso por sí solo es un argumento importante para convencerlos a que vayan a verla.
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