Jul 31, 2016 Dani Arrébola Críticas 0
Por Dani Arrébola
Cuadro tan bello como áspero
Con mucho esmero y con el mimo y la ilusión de un niño que acumula un gran kilometraje de experiencia filma cada una de sus películas el polifacético cineasta inglés Terence Davies. Su última película, Sunset Song, que ya de por sí tiene un bucólico y lozano título, no iba a ser una excepción en la esmerada composición de un artista que advertimos de extrema sensibilidad en cada uno de los píxeles que nos brinda en pantalla.
Ambientada a principios de la Primera Guerra Mundial (o Gran Guerra para los historiadores más ortodoxos), el filme adapta la novela de Lewis Grassic Gibbon, que derrocha por las verdes praderas escocesas -e in crescendo- todo un dramón romántico. La historia se sujeta y gira alrededor de Chris Guthrie (Agyness Deyn), una muchacha de buen ver e hija de un granjero despreciable con el que se ve obligada a convivir mientras aquella empieza su particular despertar de sueños y emociones amorosas. Precisamente en el amor, y en consecuencia en su vida entera, la vida de Chris dará un buen giro desde el momento en que conozca al conmovedor Ewan Tavendale (Kevin Guthrie). Pero, ¿Podrá ser tan bucólica como parece destinada la vida de esta joven marcada por los golpes azarosos de la existencia?
No se le podría reprochar al bueno de Terence Davies la pérdida de uno solo de sus milímetros en cuanto a la belleza de sus disposiciones en pantalla. El artista británico compone un poema de paisajes serenos y exquisitos, que parecen abrigar a los protagonistas y personajes que van danzando y latiendo entre sus versos. Pero si bien este cuadro es tan bello, nuestro juicio se quedaría algo cojo y nada contundente si no apreciáramos que esos latidos humanos que bombean de sangre y de palabras al mismo, fluyen sin la fuerza reclamada, más acartonados que campechanos y, por consiguiente, con menos emoción y credibilidad que la oportunidad de sus roles les ofrecían. Con todo, Agyness Dayn es una modelo-actriz de un chispazo y estilo más que interesante y sus dilemas decisorios y deliberantes en torno a la familia, la guerra, el amor y la tragedia que alimenta el metraje, funcionan a pesar de los pesares y con el piloto automático en marcha.
No le supondrá a ningún espectador un enorme sacrificio brindarle la oportunidad a este nuevo poema fílmico de Terence Davies, seguro que el mismo ganará dos horas de evasión y escapada más que necesarias en las sofocantes jornadas veraniegas en que nos encontramos; mas, a todo ese oxígeno visual para mente y ojos, le falta la compañía -y por tanto suma el peaje en el resultado- de un nutriente más rotundo en el tacto humano, en cada gesto y expresión a la palabra que seguro se hubiera acercado con más acierto al colorido solicitado en el lienzo.
Feb 25, 2021 0
Feb 10, 2021 0
Dic 24, 2020 0
Oct 26, 2015 0
Oct 23, 2015 0
Dic 27, 2020 0
Dani Arrébola, director de Apetece Cine, charla con Aitor...Dic 27, 2020 0
¡Sí! Tal y como lo leéis: El Presidente saliente Donald...Dic 07, 2020 0
Por Pau Sauri Soriano Walter Proska, El desertor Dirigida...Nov 29, 2020 0
Por Dani Arrébola Lo que son las cosas. Escondido,...Nov 13, 2020 0
Por Dani Arrébola Charlamos con Laura Rubirola...