MAGIC MIKE XXL

Jul 08, 2015 Dani Arrébola Críticas 0

Habría que añadirle otra X en su talla…de despropósito

A Gregory Jacobs le ha tocado el marrón -si es que en realidad es un marrón- de llevar a la pantalla el alargue de vida de esos strippers de Tampa que gracias a sus músculos hicieron una más que considerable taquilla en el año 2012. Vamos, que Jacobs -tras haber filmado con pobreza dos filmes igual de banales como olvidados, Criminal (2004) y Escalofríos (2007)- se ha puesto detrás de la cámara de esta secuela de Magic Mike, el líder de esos Reyes del destape y que ahora viene ceñida en una talla XXL, que es algo más grande aunque igual de gigante que el arsenal corporal que encontrábamos en su primera entrega y, que, presuntamente, viene a ser la cinta encargada de ofrecer un manguerazo en esta ola de calor al público de hienas que conforman las féminas más salvajes en las salas.

Ya no está Dallas, oséase Matthew McCounaghey, pero sí que sigue Channing Tatum, el gran Magic Mike o chocolate blanco de los Reyes del Tampa. Bueno seguir no es que siga en el momento de arranque del filme: Mike lleva tres años retirado de la vida de stripper tras haber abandonado a su grupo en el momento álgido del mismo. El resto de integrantes han decidido echar la llave y tomar así la misma decisión que su compañero, pero no se despedirán con un simple hasta luego…tienen claro que han de realizar una última representación memorable y gigantesca junto a su líder Mike y en Myrtle Beach, el Olimpo de los strippers.

Y sin duda, no hubiera venido de más otra X, o las que hicieran falta, a esa talla de XXL portadora del título para, al menos, dar con la coherencia…de su propio despropósito. Si uno se toma como hay que tomarse este filme, esto es con la menor de las seriedades y la mayor de las tarambanas, podría encontrarle incluso varios momentos simpaticones y graciosos. Pero el problema se transparenta con bastante más maldad que inocencia por toda la retahíla de ese mar de músculos ruidosos y orgullosos, un problema en forma de videoclip eterno, que intentará excitar todas las zonas erógenas de ellas y ello/as -cada quién que se incluya- pero que será incapaz de alimentar la mente con cualquier otro ingrediente que se exima de lo carnal. Y es que uno podría pensar al concluir tanto desfiladero de tabletas de chocolate, músculos y hienas salvajes con billetes en los regazos, que hasta Juanito el del acordeón de las fiestas del pueblo podría ser más entretenido y excitante que este cuerpo especial de strippers floridanos.

Y no es que el grupeto capitaneado por un Channing Tatum que se muestra bien cómodo y seguro en tal trascendental como estúpido personaje muestre una contundente ausencia de carisma, ni mucho menos, las expresiones de los Matt Bomer, Joe Mangianello y compañía diseñan una salvada papeleta que se moja- si alguien quiere aplicarle el sentido literal allá ella, o él- en el absurdo y profundo océano de cutredad y nimiedad de una trama que, en los tiempos de Qué Grande es el Cine se diría aquello de «McGuffin», por la excusa de aparentar ir a un objetivo inexistente para ir mostrando un show de shows…inacabable y cansino.

Magic Mike XXL es un producto destinado a un público acotadísimo, que incluye tanto a adolescentes como cuarentonas y cincuentonas siempre y cuando destilen dosis de salvajada hienística entre sus venas, pero que también puede excluirlas fácilmente incluso a ellas, a su target de féminas, por el letargo tan disparatado como inadmisible en el que se acaba convirtiendo esta secuela que, esperemos, haya echado el cierre con pestillo.