Dic 26, 2016 Dani Arrébola Críticas 0
Por Dani Arrébola
Pelé jugaba mucho mejor
No es que encontremos grandes obras maestras en el género del deporte, y aún muchas menos en el deporte rey del fútbol. Por una extraña razón que sólo el séptimo arte sabe -o presume saber- tan sólo el boxeo puede alzar con orgullo su cabeza y exhibir en su escaparate cinéfilo numerosas joyas a lo largo de la historia de este arte de artes. Algunas salieron bien paradas, como aquella nostálgica e inolvidable mezcla que Huston nos brindó entre actores profesionales y estrellas del fútbol que jugaban mientras planeaban su huida del presidio en Evasión o Victoria (1981). Por aquella cinta aparecía como uno de sus astros, Edson Arantes do Nascimiento, al que todo Dios (incluido Maradona) conoció y conoce como Pelé. Y de O Rei nos llega en este tardío verano su más que merecido biopic, acuñado por la dirección de los hermanos Jeff y Micahel Zimbalist.
Pelé, el nacimiento de una leyenda se centra en narrar el prólogo o, la lozanía, del pequeño Edson Leonardo Lima Carvalho), Doni para sus queridos, hijo de un ex-futbolista de carrera truncada y criado entre la miseria de los olvidados recovecos brasileños de mediados de siglo XX cuya única ilusión no es otra que darle patadas a un balón. Claro está que pronto descubre y descubren -los excelsos y numerosos cazatalentos brasileiros– las particulares condiciones del pequeño…sobre todo su habilidad para expresar con el balón en los pies el llamado estilo ginga que exportaron los antiguos esclavos africanos a Brasil. El estilo representa todo un desafío de bello desorden del balompié sobre las técnicas académicas impartidas en el mundo archi-civilizado europeo. Y en Europa, concretamente en los Mundiales de Suecia 1958, Pelé (Kevin de Paula) se convertirá -sin apenas sospecharlo- en una auténtica leyenda con 17 años…Y para el resto de su meteórica carrera vale más la pena ver todos los vídeos posibles por Youtube que puedan regalarnos las irrepetibles habilidades del «más grande jugador y atleta de todos los tiempos».
Resulta generoso el trabajo de los dos Pelés, el niño y el mozalbete, aunque nadie en el elenco alcanza el nivel de un cercano y entrañable Vincent D’Onofrio como seleccionador brasileño. Tampoco se les puede reprochar a los hermanos Zimbalist su empeño en dotar al fútbol de ese plus tan intangible y magnético como forma de religión en la que se convirtió en Brasil y a lo largo de todo el planeta. Por ahí podemos decir que el biopic cumple decentemente su cometido, mostrándonos cómo todo un país llora en silencio y sufre de vergüenza tras perder en 1950 y en su propia casa, la final de un Mundial que se tenía ganado contra Uruguay en el súper-famoso Maracanazo. Pero es que todos saldremos igual de maracanazaos tras contemplar el resto de la hazaña, que no es otra que su exitoso impulso como futbolista: ahí los directores pecan de un exceso de sentimentalismo en la frustración de un Pelé que parece más cumplir que disfrutar con el cuero; desmarcarse del campo en lugar de habilitar con sus fintas y driblings el gozo de un espectador que asiste al mundial con una mueca perenne en el rostro. Todo está demasiado impostado…demasiado, ¿cómo diríamos? ¿Americanizado?, para una vida que, sin lugar a dudas fue durísima desde sus inicios, pero que fluía por sí sola con la sonrisa en la cara y el balón como único arma de expresión artística y deportiva. Y es toda esa fluidez, esa sencillez de la que presume el fútbol -deporte de los deportes- esa partitura suave y no tan ruidosa, la que echamos en falta a lo largo de los 107 minutos de metraje.
Pelé, el nacimiento de una leyenda es un biopic pasable y no desechable para todos aquellos que sobre todo, amen el fútbol y su figura más grande y habilidosa que ha nutrido. Sin embargo, más allá de esa decencia y de ese aprobado, no encontrarán ningún poso en la vida de O Rei, cuando deberían encontrarlo con más balón que lágrimas, con más jugadas al estilo ginga que planos medidos con un termómetro servido más al buen hacer fílmico que a la propia vida del astro. Siempre se agradece ver en pantalla a Pelé, ya sea con su balón pegado a los pies o con su eterna sonrisa en el semblante, pero es que precisamente Pelé jugaba mucho mejor…
Jun 10, 2022 0
May 19, 2022 0
May 11, 2022 0
Oct 23, 2015 0
May 12, 2015 0
May 02, 2015 0
Jun 10, 2022 0
Por Daniel Arrébola Segundas partes nunca fueron...Feb 20, 2022 0
Dani Arrébola, creador y director de Apetece Cine charla...Dic 27, 2021 0
¡Menudo bombazo el que os traemos Apetefollowers! Con...Oct 30, 2021 0
Por Martín Page ¡Qué maravillosa fue la llegada de...Oct 30, 2021 0
Por Martín Page Valladolid y su fantástico festival de...