ALIADOS

Nov 21, 2016 Dani Arrébola Críticas 0

¿Tienes fuego, Brad?

De Robert Zemeckis hemos intuido, extraído y certificado un buen número de virtudes fílmicas a lo largo de una carrera que ha navegado siempre con el viento a favor. Desde las archi-clásicas sagas de Regreso al Futuro, hasta el particular Robinson Crusoe en Náufrago y pasando por la no menos mítica Forrest Gump, el cineasta estadounidense ha demostrado no solamente tener una mente brillante sino también un olfato para aunar a la crítica y al público que, la verdad sea dicha, suele escasear. Pero tras ver Aliados, su último trabajo que llega en estrenos en la temporada alta de las distribuidoras, acabamos de dilucidar otra (no menos) virtud: Zemeckis tampoco ha sido el culpable de la ruptura entre Angelina y Brad…o al menos no ha logrado que en la pantalla a éste le prenda el mechero con Marion Cotillard, su companion de reparto y de enigmático parecido con la Jolie. Pero, antes de crear otro incendio, subamos la barra de peaje y vayamos en orden:

La historia, que agarra el guion original escrito por el prestigioso Steven Knight, nos sitúa en la Marruecos ocupada por Francia en plena II Segunda Guerra Mundial. Allí, obligados por una concreta misión, han de conocerse Max (Brad Pitt) y Marianne (Marion Cotillard) quienes simulando de forma presta y elegante que son marido y mujer, intentarán llevar a cabo las peligrosas órdenes impuestas de acabar con los malos (en este caso los nazis que abundan por allí). Claro está…que lo que antes era un engaño por la mirilla hoy se convierte… en pura brasa de miradas entre espías, con lo que ambos se enamorarán no sin tropezarse por el camino con más de un sorpresón…

Y no podríamos decir que esta especie de Juego de la Oca con espías que nos han preparado entre Zemeckis y Knight carezca de entretenimiento y diversión, de acción bien anudada (brillante momento Brad al cortar baraja) y de diálogos que «antes de encenderse el suyo, un hombre nunca se olvidaría de ofrecérselo a su mujer…». Incluso podríamos perdonar en esta ocasión que el bueno de Brad, y a pesar de tener a la ¿Cotillard-Jolie? desabrochándose la blusa en sus narices, ponga el mismo careto durante todo el metraje que este que escribe cuando espera en la consulta médica. Pero a estas alturas (de la película), no podemos pasar por el aro que con tan buen material la mecha no prenda ni, tan siquiera, sorteando las infantilidades en las que peca la trama (sobre todo en ese epílogo reiterativo y absurdo de lote de tarde de multicine).

Cualquiera puede espiar y participar en el juego de Aliados, pero no obstante ha de saber de entrada -y con su entrada en la mano- que esta vez un gran director como Zemeckis trata a ese cualquier espectador sin el desgarro y la oportunidad que le brindaba la carne y condimento de su historia. En palabras menos espiosas: Aliados engaña más que sus protagonistas y seduce mucho menos que lo que prometía.