Ene 23, 2015 @roger_rodgar Mundo APTC 1
Fuente: twitter.com/FilmBayona
Por Roger Rodríguez
Parece que el cine español está empezando a reinventarse, que las expresiones como “`¡Qué buena! ¡No parece española!” empiezan a desaparecer. Los complejos y los prejuicios empezaron a desaparecer en el momento en que hubo sitio para las películas de Amenábar, De la Iglesia o Bayona. Pero todavía hay un largo recorrido para parecernos a nuestros vecinos galos y que el cine sea un sector puntero en el ámbito cultural.
Resulta un hecho innegable que los salarios en Francia son más elevados, sin ir más lejos, el salario mínimo interprofesional basado en 12 mensualidades es casi el doble en Francia (1458€) que en España (757€), pero eso no es razón suficiente para explicar la baja participación del público para asistir a las salas y el bajo estado de forma por el que pasa el sector. De los 208 millones de asistentes a las salas en Francia, 57 millones se decidieron por películas nacionales. En España fueron 87 millones y 21 millones se decidieron por films nacionales.
El caso más reciente que muestra la crisis que está viviendo este sector en el país es la originada por los cines Verdi. Debido a los rumores y algunas noticias que saltaron en los periódicos y las redes, el director y fundador de este negocio familiar, que se encuentra en Madrid y Barcelona, ha tenido que ofrecer una rueda de prensa para aclarar la situación de sus cines. Como bien ha dicho Enric Pérez, director de los Verdi, estamos ante una crisis del sector y no sólo de las salas. La recaudación, tanto de las películas dobladas como de las subtituladas en versión original, ha visto un descenso dramático en su público. Los Verdi, para ser más concretos, han pasado en tan sólo unos años de 600.000 espectadores anuales a 375.000, pero a pesar de todo se mantienen como las salas con más asistencia dedicadas a proyectar películas en versión original.
Pero hay mucho más. El público no tiene la culpa, desde luego, el problema reside en la ausencia de ese público. ¿Por qué la gente no se siente atraída a asistir a las salas? En primer lugar, porque no sienten las salas de cine como algo ‘importante’, sino que el público lo ve como un lujo, igual que un concierto. Jaume Balagueró, director de la saga ‘[REC]’, durante el pasado Festival Internacional de Sitges nos comentaba lo siguiente: “Más allá del boom de este año, si nos remontamos a años anteriores también nos encontramos con grandes películas. El problema no es de las películas sino de que las salas sólo se llenen con picos como la Fiesta del cine, y además sólo se vaya a los blockbuster. En Francia en cambio, hace unos meses, fui a ejercer de jurado para un festival en París y me paseé por los cines donde se hacían proyecciones, más allá de la gente que asistía al festival, había colas para las otras salas. Y era lunes por la tarde”. Todo ello es posible porque su Ayuntamiento y el Gobierno francés apoyan la cultura con un 5% de IVA frente al 21% de España. Y a pesar de que el precio es el mismo – en Francia la entrada más cara es de 11€, en España puede llegar a los 9,7€ en cadenas como Cinesa – este porcentaje de hacienda permite que las salas se lleven mayor porcentaje por entrada y puedan mantenerse.
Cines Renoir de Barcelona. Pasada Fiesta del cine
Como mas tarde nos acabaría por reconocer el director de los Verdi, resulta imposible combatir contra las grandes cadenas como Cinesa que camuflan sus perdidas gracias a las ventas de palomitas y refrescos. Porque aunque pueda parecer una locura, son la venta de éstos lo que suponen grandes gancias. Mientras que las entradas se venden con un margen del 20% de beneficio, los aperitivos de los bares suponen un alto porecentaje en ganancias: por cada 8€ de gasto en el bar 6,5 van directos a la sala. Por no hablar de la calidad de éstos: grandes vasos. grandes cantidades de hielo y refresco mezclado con agua. Un secreto a voces. “Todo esto se traduce en una guerra de precios en la que sólo ganan aquellos que venden más palomitas” sentenciaba Pérez.
Para acabar de entender cómo se encuentra la situación del cine español, sólo nos queda entrar en las reflexiones de Santiago Segura: “A ver, está claro que por muchas películas que se produzcan, sean del nivel que sean, si no se llegan a ver en tu país tu público no acaba por entender el cine como algo que esté pasando en España”. Es por ello que si vemos la cartelera de este mes en Francia, el 25% son películas nacionales por el 8% de la cartelera española. Lo mismo ocurrió el mes pasado. Y el anterior. Y el otro.
Escribe sobre series y ocasionalmente sobre cine. Cree que aquellos que hablan de la tele como "la caja tonta" deberían ver 'Los Soprano' y 'Breaking Bad'. Desayuna huevos con bacon desde que vio la intro de 'Dexter'. Siempre viste camisa.
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Hola. Muy acertada esta reflexión sobre las circunstancias en las que se defiende el cine francés y el español y sus diferencias de rumbo. Pero a pesar de esa visible mejora en la calidad de las producciones españolas, es una evidencia aplastante que el balance entre los sueldos franceses y los precios es bastante más equilibrado que el español, lejos, muy lejos de poder llegar al plantearse el ir al cine más de una vez al mes. Y ya no te digo nada si se tiene familia. En mi casa, sin ir más lejos, hasta hace poco ir los 4 un domingo con palomitas y bebidas (agua) entre 44 y 50 euros. Imposible más de una vez al mes, eso tirando largo. Si el precio bajase al de los días del Festival del Cine, se llenarían las salas cada día. No lo hacen porque no les da la gana, así de claro. Codicia terca y estúpida.