Abr 07, 2013 Dani Arrébola Críticas 0
Dir.: Hernán Goldfrid Pro.: Gerardo Herrero, Diego Dubcovsky Gui.: Patricio Vega Int.: Ricardo Darín, Alberto Ammann, Calu Rivero, Arturo Puig
¿Cómo se hace esta película? Gerardo Herrero conoce la fórmula, para eso es uno de nuestros más importantes productores, uno de los que apuesta por un entramado “industrial” de nuestro cine. En realidad, no hay secreto: se compran los derechos de una novela, se confecciona un guion, se contrata a un director y a uno –mejor, dos- de los intérpretes más adecuados para el proyecto, se busca la financiación –aquí es donde debe funcionar con obligada fluidez el engranaje-, que suele incluir la coproducción con Argentina… y a rodar.
La novela precedente de Tesis para un homicidio es de Diego Paszkowski, el guión, de Patricio Vega –que coescribió el de La señal, la película que dirigió Ricardo Darín-, y el director es Hernán Goldfrid, habitual colaborador de Vega en trabajos para televisión. La historia la protagonizan Darín y Alberto Ammann. El primero es Roberto Bermúdez, un importante abogado que se ha retirado de la profesión en plena madurez –Darín acaba de cumplir 56 años- y se dedica a impartir conferencias y cursos de posgrado; posee evidente prestigio e influencia y se codea con familiaridad con policías, jueces y forenses.Ammann es Gonzalo Ruiz Cordera, alumno de Bermúdez en el “máster” que está ahora dirigiendo. Es hijo de un antiguo compañero, ha estado viviendo en Europa y llega a Buenos Aires solo y algo desorientado; esto hace que se produzca un lógico acercamiento entre los dos hombres, y Gonzalo tiene la oportunidad de sincerarse con Roberto acerca de sus ideas sobre la ley y la justicia. El veterano abogado descubre la inteligencia y la lucidez del joven, aun sin compartir totalmente sus tesis; pero sí lo suficiente como para sentirse interesado. Y mucho más cuando un terrible suceso va a unir sus vidas y sus destinos.
Durante una de las primeras clases, delante mismo de sus ventanas, una joven es encontrada muerta, asesinada de manera horrible. Profesor y alumnos son testigos del descubrimiento, de las operaciones de manipulación y levantamiento del cadáver… Puede ser una experiencia enriquecedora, dentro de la tragedia, pero para Bermúdez es algo más. Algo ha descubierto, algo que lo puede poner en la pista del asesino y, al mismo tiempo, lo va a llevar camino de la obsesión, el peligro y el escándalo.
La película se abre con una secuencia impactante, de la que no sabremos el auténtico significado hasta muy avanzada la trama. Que en su planteamiento y en los primeros momentos, recuerda un tanto -como todo el mundo reconoce- a El secreto de sus ojos; seguramente, por su leve semejanza argumental, por el sello de la producción de Gerardo Herrero y, sin duda, por la presencia de Ricardo Darín; pero el parecido se acaba pronto. La película de Campanella, transitaba hipnóticamente, es verdad, entre las miradas de Darín y Soledad Villamil; y aquí los ojos del protagonista echan chispas, pero no encuentran destinatario tan fácilmente.
El abogado Bermúdez está convencido de su teoría sobre el asesinato y su autor, y cuanto más indaga, más certezas encuentra; por su parte, Gonzalo demuestra mayor aplomo cada día, termina el curso brillantemente con un trabajo final que perturba a su maestro, y hasta llega a robarle una conquista femenina en sus mismas barbas, dejándolo todavía más confuso y frustrado. La película bucea sin descanso en los estados de ánimo de Bermúdez, su interés por el crimen, su aplicación obsesiva y su rabia, y no tanto en algún rincón de su pasado que podría quizá explicar mejor su comportamiento.
Ricardo Darín está en todos los planos de la película y su presencia sigue siendo magnética; pero su personaje empieza a parecerse a otros tantos de su carrera; casi como si uno solo hubiera ido evolucionando con él. Amman, por su parte, ha cambiado radicalmente su caracterización –él todavía puede- y eso lo favorece. Aun así, el resultado global de la obra no es demasiado convincente: el guion tiene graves altibajos, el argumento no llega a apasionar y esa escena inicial –pretenciosa- y otra final –redundante-, acaban por deteriorar un empeño que deja la sensación de haberse quedado muy lejos de sus propias intenciones. (www.tesissobreunhomicidio.com)
Ago 30, 2023 0
Mar 28, 2023 0
Feb 17, 2023 0
Sep 23, 2021 0
Abr 16, 2021 0
Mar 14, 2021 0
Feb 25, 2021 0
May 27, 2023 0
En las repescas de la Sección Oficial que el festival de...May 26, 2023 0
La dupla Loach-Laverty está de regreso con un film que...May 26, 2023 0
El festival de Cannes de 2023 presume de tener otra robusta...May 25, 2023 0
En la hermosamente minimalista “Perfect Days”, Wim...May 25, 2023 0
Los nuestros son tiempos de muchas ocurrencias y poco...