Jul 29, 2020 Dani Arrébola Series APTC 0
Por Samuel Fonfria
Mucho ruido y pocas nueces.
Los tiempos cambian constantemente y junto con ellos también la sociedad. Especialmente ese grupo de la sociedad más sensible a los cambios, las modas y las tendencias, en ocasiones estúpidas, que se propagan como la pólvora, los adolescentes. El sector cinematográfico y televisivo ha apostado por numerosos formatos para conquistar a esta parte de la sociedad tan importante en cuanto a datos financieros. Desde series sobre adolescentes en institutos, hasta historias de amores imposibles o declararse en rebeldía contra el mundo queriendo encontrar de la forma que sea su sito dentro de este. Pero, llegó un momento en el que se decidió no apostar tanto por el contenido si no por el formado que alberga a este. La forma de presentar y articular una historia para que sea más accesible e interesante para los adolescentes. Netflix tiene esta tarea bien aprendida. Podríamos repasar un buen número de series y películas que se mueven bajo estas premisas, pero hay una que ha llevado al extremo todo esto y no es más que Como vender drogas online (a toda pastilla).
En esta segunda temporada, Moritz (Maximilian Mundt), después de haber creado la mayor start-up de venta de droga online, debe asentar todas las bases de su vida, alteradas por dicho suceso. Intentará solucionar todos los problemas que se le van presentado en su vida familiar, con su novia Lisa (Anna Lena Klenke) y sus amigos y socios Dann (Damian Hardung) y Lenny (Danilo Kamber).
La serie desaprovecha totalmente su oportunidad de ofrecer una historia con un desarrollo sólido y unos personajes con deseos y anhelos de cumplir sus objetivos de una forma clara y sincera. En lugar de eso solo nos ofrece una trama floja que no tiene una dirección clara, unos personajes simplones que viajan sin rumbo durante los seis episodios de la temporada y un final descafeinado que rompe con toda esperanza de que el espectador encuentre sentido a todo el batiburrillo que va sucediendo a lo largo de esta. Todo ensamblado en un formado vitaminado con excesivos recursos de instagram y otras redes sociales para darle un look más juvenil pero que finalmente se queda en nada. Solo sirve para aburrirte y distraerte de lo que realmente importa.
Como vender drogas online (a toda pastilla) es otra sitcom más que intentó tener una identidad propia, que en parte lo consigue, pero que de nada sirve si el corazón de esta ficción está podrido y enfangado por unos guionistas baratos que no se dignan ni a entender su historia. Aniquilan toda el honor posible que podría albergar la serie y la convierten en un puñado de episodios con gags baratos y clichés que imposibilitan la acción de tomarte en serio la historia.
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