Feb 16, 2015 Dani Arrébola Críticas 0
Por Dani Arrébola
Un mapa de estrellas que te deja extrañamente estrellado
Aquellos que viven obsesionados con teorizar y empaquetar en cajones varios grupos de autoría, nos cuentan que el director canadiense David Cronenberg pertenece -junto con Wes Craven y John Carpenter- al colectivo llamado de «las tres C». El cine que aquí se engloba y que identificamos a lo largo de la filmografía del ya veterano realizador, se alimenta del también teorizado «horror corporal», donde las transformaciones físicas asumen el mayor de los protagonismos. Más allá de teorías que importan poco cuando se ignora en demasía a la pantalla, en la obra de este cineasta canadiense encontramos películas igual de interesantes en lo que cuentan como complejas en el cómo lo hacen: la somatización del psicópata en Cromosoma 3 (1979); las peculiaridades de alguien que despierta de un coma tras muchos años en La zona muerta (1983); o el descenso a la miseria de dos gemelos idénticos una vez aparece en sus vidas una especial mujer, en el que es uno de sus mejores títulos, Inseparables (1988). Maps to the stars es su nuevo estreno y cuyo título ya nos da la pista de que las balas van esta vez hacia el peculiar mundillo de los celebrities, y en la que Cronenberg toma un pulso quizá algo menos terrorífico pero igual de complejo y retorcido como el que abunda en su obra.
Con guión de Bruce Wagner, la historia tiene lugar en un Hollywood contemporáneo: Havana Segrand (Julianne Moore) es una famosa actriz que vive obsesionada con interpretar el papel que hizo famosa a su madre -la cual murió en un incendio-. Havana padece problemas de estrés y depresión y por ello acude a Stafford Weiss (John Cusack), un escritor de libros de autoayuda, cuyo hijo es una estrella de la TV en rehabilitación y cuya hija acaba de salir del psiquiátrico. Lejos de dilucidar el cúmulo de preocupaciones; todos los protagonistas verán imposibles sus esperanzas de alivio y realización personal a la vez que el hastío sistema en que se basa la contemporánea popularidad, les irá engullendo y consumiendo en sus propias ambiciones.
En este mapa en el que la propia película parece jugar con sus propios dados y normas, el cuerpo se te queda igual de estimulado como confuso, tan receptivo como tabicado o tan preciso en la vereda correcta del itinerario como absolutamente perdido entre su frondosa temática. Es por ello que Maps to the stars es uno de esos filmes candidatos a una revisión, a una benévola segunda oportunidad que, es muy posible, te haga reencontrarte con tu propia inteligencia y comprender mejor esas neurosis en cada uno de sus personajes. Pero también es lícito exigirle a Cronenberg algo más de flexibilidad y seda al asunto ya que, por varios «ratejos» bien largos, podemos presumir un elevado riesgo de rechazo del gran público, cuya irritación puede colmarse rápidamente ante un consomé de escenas en las que sólo juega la autodestrucción o, lo que es lo mismo: sexo, drogas…y, en vez de rock & roll, de nuevo sexo -lésbico si hace falta- y drogas para todos, ya que sobran…
¿Qué hubiera pasado entonces si, en vez de este excelente elenco capitaneado por una majestuosa Julianne Moore (no hubiese sido sorpresa alguna si la hubieran doblemente nominado en unos Oscars en los que ya tiene la estatuilla asegurada por Siempre Alice), y en el que rinden con agudeza los John Cusack, Mia Wasikowska y Robert Pattinson, el director hubiera dispuesto un colectivo de intérpretes menos reclamados y gallardos? Pues que, con casi total seguridad, la película hubiera bajado mucho en su rendimiento y la neblina -que ya de por sí tiene la confusa y amanerada trama- hubiese sido niebla densa hasta su meta. Y es que es necesario reiterar la importancia de partir en cada viaje emocional con grandes actores pues, como demuestra la ocasión, las posibilidades de conectar con ese circuito de sensaciones e inquietudes serán siempre superiores que si se escogen -y sin señalar a nadie- a «unos del montón».
Maps to the stars es una película extraña -para qué decir que no-. Lo es aún más si alguien espera ver el jugo de esencia que ha afamado la obra de Cronenberg y que aquí apenas se exprime. Si eres de ese tipo de espectador con tesón a la búsqueda de satisfacción por aquello ingenioso, distinto u opuesto al status quo cartelero, esta cinta puede servirte como una gran oportunidad para reivindicar tu buen y afinado gusto, a la vez que te compensará el tiempo y dinero que le has empleado. Si en cambio perteneces a esa clase de público con algo menos de paciencia y que busca un «mapa de estrellas» más nítido, que conste el consejo: prueba con elegir otra «cosa».
Jun 10, 2022 0
May 19, 2022 0
May 11, 2022 0
Mar 25, 2021 0
Ene 30, 2020 0
Ago 24, 2018 0
Jun 10, 2022 0
Por Daniel Arrébola Segundas partes nunca fueron...Feb 20, 2022 0
Dani Arrébola, creador y director de Apetece Cine charla...Dic 27, 2021 0
¡Menudo bombazo el que os traemos Apetefollowers! Con...Oct 30, 2021 0
Por Martín Page ¡Qué maravillosa fue la llegada de...Oct 30, 2021 0
Por Martín Page Valladolid y su fantástico festival de...